martes, 6 de mayo de 2014

Comida rápida, beneficios a ultranza

Charcutería en el mercado de Atarazanas. Málaga.


C
ada uno es muy libre de ingerir y pagar por “aquello” que te echen en las cadenas de comida rápida. Nadie entra allí a punta de pistola. Hace tiempo que tengo este tipo de locales en mi lista negra. No es que sea  vegetariano o me detenga el colesterol y la carne. Simplemente sospecho que sus menús son para paladares más industriales. Que los trabajadores distan de ser mileuristas. Que las condiciones de limpieza están lejos de mis aspiraciones. Yo elijo mis kilocalorías, cuándo y dónde. Por ejemplo en el mercado central.
En Alemania, un reportaje elaborado con cámara oculta puso al descubierto las deficiencias higiénicas y las cutres condiciones laborales de una conocida franquicia. Los responsables de la cadena de hamburguesas han optado por cerrar seis de sus establecimientos, a la vista de los fallos detectados tras las inspecciones que realizaron.
A veces pienso que los dueños de este tipo de garitos de restauración nos toman por burros con antojeras. Que nos pueden dar gato por liebre con la mayor impunidad.
Dejo al pie unas imágenes de burros y animales en Marrakech.
El trajín de cada día. Marrakech. Marruecos.


Servidor desocupado. Marrakech. Marruecos

Tres y un burro. Marrakech. Marruecos

A la espera del turista. Calesas en Marrakech. Marruecos.


Gatos en las calles del zoco de Marrakech. Marruecos.

Discrepancias felinas. Marrakech. Marruecos.
Dromedario a las afueras de Marrakech. Marruecos.

Impresiones

Todo es subjetivo, dejemos volar el yo imposible.

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Tratando la conjución de ocurrencias e imágenes. No pongo música porque se cabrean los de la SGAE.