Noche iluminada

Dejo paso a las imágenes que narrarán, a buen seguro más que un castillo de palabras hueras, la magia del real de la feria de Málaga: un buen derroche de imaginación para el alumbrado. Casetas de todo tipo, donde se baila algo más que sevillanas mecánicas, por ejemplo la ancestral fiesta de verdiales; otras que invitan al buen yantar tras tanto trajín, destaca por su ambiente festivo y juvenil la caseta de la Buganvilla, atestada de jóvenes a ritmo de salsa. La noche invita a sumergirse de lleno en el ambiente festivo por lo que cada cual pondrá el broche que más le cuadre. El autor por supuesto rindió pleitesía al mojito de turno.

Planes

Fuente en la finca la Concepción.

Mis musas andarán de feria o de playa, vaya usted a saber, es lo malo que tiene esta calorina sin tregua, lo mismo se han quedado sin saldo de imaginación. Por animarlas a que retornen he rebuscado alguna imagen refrescante.

Decidí perderme el día de playa y fiesta,
nadando entre ninfas hasta la hora de la siesta.
Camino de espaldas al real de la feria,
no es agorafobia, hoy prefiero la periferia.

Imagino el centro repleto de calor y rebujito;
hallarás un hueco si eres en relaciones públicas perito.
dulce sombra que me acoges junto al estanque,
Te seguiré hasta que otra brisa me arranque.

Cuando el tiempo mengue los bolsillos del personal,
será la hora de acercarme con nocturnidad,
No sea que el día despierte al temido terral.

Haré parada obligatoria en el Rincón Cubano,
mojitos que se buscan más que un cargo ministerial,
inspiración para tratar de lo divino y de lo humano.

Bodegas y bebidas

Patio de los Reales Alcázares de Jerez de la Frontera
Bodegas jerezanas

Bodegas jerezanas

Bodegas jerezanas

Gotas procedentes de extrañas latitudes,
de manos de la borrasca en el estanque colmadas.
Pasiones que rebosan copas de virtudes,
sombra y luz nunca del deseo fusionadas.

Dejaron marchar la cantinela monótona de la guía,
seguida del barullo de mecánicos turistas.
Buscaron beberse el frenesí de su sequía
al abrigo de las pipas de caldos sin aristas.

Racimos generosos sin sujetar,
solera de adolescentes descorchada,
labios catavinos que extraen sin parar.

Cuerpos sarmientos que se enredan,
caderas duelas que anulan la encrucijada
Instantes que llenan mil bocoyes, para ellos quedan.