jueves, 23 de julio de 2009

Por encima de los 60º Norte. Parte II



El segundo día de periplo, por tierras de vikingos, nos deparó que fuéramos todos como corderitos al autocar, por suerte pudo el conductor evitar llevarse uno de verdad por delante. Hoy se hace más llevadero el trayecto, atravesamos el Storfjord, para continuar por el idílico Geiranger. Descendemos por la carretera del águila, excavada en la cornisa de granito de la montaña, un merengue para ciclista con ganas de escalar.
El fiordo está muy concurrido por lo que coincidimos con otros viajeros que hacen la ruta en cruceros de diversos portes, algunos afortunados se dan el gustazo de recorrer el fiordo en helicóptero.
Unas gaviotas se aproximan con milimétricos planeos a la cubierta del barco, donde comen de la mano de algunos pasajeros galletas y similares, la alimentación de las aves se interrumpe al pasar por la catarata llamada de las Siete Hermanas, si bien algunas están más escuálidas que otras, el cambio climático empieza a dejarse sentir. Encontramos en las riberas varias cabañas cuyo único medio de comunicación con la civilización es la vía marítima, todo el entorno es una postal labrada por la naturaleza. Tras el desembarco ponemos rumbo terrestre hacia el glacial de Briksdal, haciendo escala en el lago Hornindals, el más profundo de Europa.
La aproximación a pie al glacial supone un respiro de tanto vehículo. Un nutrido grupo de japoneses optan por el pago de 20 €, para ser transportados en unos vehículos parecidos a los usados en los campos de golf. Hasta hace unos años el desplazamiento se podía hacer en carretas tiradas por caballos, pero un día uno de los equinos se tornó rebelde pendiente abajo y desparramó a 16 orientales por un barranco, por lo que se acabó la tracción animal.
El deshielo del glacial deja unos ríos que bajan con tal ímpetu, que al pasar por el puente la ducha está asegurada, entre el arco iris que nos recibe.

martes, 21 de julio de 2009

Por encima de los 60º Norte. Parte I


Os dejo la primera entrega de la serie, mientras continúo con el paquete. En algunos casos la calidad de las imágenes no es la esperada, ya que el viajar en autobús tiene muchos inconvenientes, sobre todo el no detenerse en lugares que el fotógrafo considera apropiados, por lo que hay que recurrir al viejo truco de modo deportivo y forzar la ISO al máximo (1.600 a ser posible). De este modo se dispara a 1/1000 de segundo y se soslayan las fotos movidas. Que no vale dejarlo todo el rato en modo normal, que los automatismos no dan para tanto.

Este lote corresponde al primer día de viaje, desde Oslo a Aalesund, nada menos que 563 kms por unas carreteras estrechas, atiborradas de autocaravanas y lo más gracioso, a ritmo de pava, lo cual supuso el martirio de ocho horas encajonado en el autocar, casi me olvidé como se caminaba al bajar. En este país han dedicido minimizar el impacto ambiental, por lo que apenas cuentan con autovías, mantienen los trazados de los años 60, con doble sentido, eso sí con un asfalto perfecto y túneles por todas partes, algunos discurren bajo el mar a más de 275 metros de profundidad, durante varios kilómetros, peaje al canto por supuesto. A veces llego a pensar si no tendrán complejo de topos con tanto excavar galerías subterráneas.

lunes, 20 de julio de 2009

Ocupado

Holanda desde el cielo.
No penséis que estoy en las nubes con las fotos, se trata de un paquete superior a 500 imágenes, entre las cuales hay que seleccionar y ajustar los niveles de las más resultonas. Semejante tarea no me deja ni tiempo de ir al lavabo. Por cierto el rótulo que hallé no está trucado con Photoshop, simplemente así se destacaba el de hombres, en el área de la pared del troll, un lugar muy interesante por las cascadas del deshielo.
No precisa más indicaciones.

domingo, 19 de julio de 2009

Caricias de Sol

Fuera tiestos electrónicos para dejar paso a la magia


Alas metálicas, atrapando los reflejos de un Sol que se resiste a marcharse (por encima de los 60º de latitud Norte, en estas fechas, la noche apenas dura dos horas), tal vez como este viajero se asoman los rayos solares para despedir Oslo, tras un apretado periplo al estilo de Willy Fog, sólo que casi a toque de corneta de un tour organizado. Opción que no recomiendo a persona alguna con una mínima dosis de independencia.
Tal vez sean tantas millas, pies de altura o coronas cambiadas, lo que provoca que ande saturado de tanto traslado.
En los próximos días insertaré más material. Ahora toca una cerveza bien fría, tras una semana de abstinencia forzada. Noruega es un país donde los impuestos devoran las apetencias alcohólicas, tanto es así que se prohíbe su venta el día de las elecciones. En España es justo lo contrario, se precisa andar poco sobrio para creer en la retahíla que nos cuentan. Ellos se lo pierden.

Impresiones

Todo es subjetivo, dejemos volar el yo imposible.

Archivo del blog

Datos personales

Mi foto
Andalucía, Spain
Tratando la conjución de ocurrencias e imágenes. No pongo música porque se cabrean los de la SGAE.